Aprendizaje comunitario y Software social.El pasado mes de julio, mi querido colega Julio Alcolado Santos presentó, dentro del marco de EDULEARN11 (Conferencia Internacional sobre Educación y Nuevas Tecnologías de la Educación), la ponencia “Un nuevo Paradigma Educativo: del e-learning al cloud learning (c-Learning). El Conocimiento en la Nube”, en la cual se expone el nuevo ámbito educativo surgido gracias a la web 2.0 y las redes sociales: el Social Learning y Cloud Learning.
Una de las cosas que pretendo con este blog es intentar aprender, poco a poco y paso a paso, con la evolución del mismo. Y de todo ese aprendizaje que recibo intento con mis escritos distribuirlo, intentando dar lo mismo que recibo (cosa imposible, ya que los inputs de aprendizaje superan en mucho lo que puedo llegar a aportar). Por ello, y dentro de las cosas que últimamente he tenido la posibilidad de aprender (de una forma informal, como casi todas las cosas de las cuales he realizado un aprendizaje efectivo) está el tema del c-learning, del cual os intento dar unas pequeñas pinceladas en este artículo.
¿Qué es el c-learning o cloud learning?
Pues nada más que un sistema de distribución y absorción de contenidos
(o competencias), usando los mecanismos y herramientas que nos ofrecen
las nuevas tecnologías en red, para poder realizar un aprendizaje
efectivo basado en cuatro aspectos:
- Comunidad
- Comunicación
- Colaboración
- Conexión
Por tanto, estaríamos hablando de
cualquier tipo de aprendizaje obtenido usando medios sociales (o aulas
virtuales) que nos permitan un trabajo horizontal en forma de comunidad,
con espacios abiertos para la comunicación y colaboración. Los espacios
abiertos a los que se refiere este aprendizaje pueden estar sometidos a
ciertas restricciones (grupos de trabajo sobre un tema concreto, cursos
privados o en abierto con límite de participantes -a veces los propios
alojamientos nos obligan a ello-, equipos de diálogo, claustros de
centro en comunicación permanente, etc.).
El universo educativo global que marca
el concepto, ¿sería de utilidad manifiesta en nuestras aulas? ¿Sería por
si mismo complementario o sustitutivo del e-learning? En primer lugar,
comentar que el propio concepto nunca, ni por definición ni por
infraestructura de las aulas de nuestro país (limitantes en cuestiones
de ancho de banda y con capados selectivos de la mayor parte de sistemas
de redes sociales) podría llegar a ser sustitutivo de un sistema de
enseñanza tradicional. En segundo lugar, si hubiera centros de enseñanza
superior que lo usaran, nos encontraríamos con el problema de cómo
gestionar dichas plataformas y, la dificultad de conseguir, sin que
hubiera un módulo cero (o de iniciación) que los propios alumnos se
manejaran con toda esa cantidad de herramientas y servicios que se
habrían de incorporar. Y, finalmente, potenciar la nube, con servicios
de terceros de almacenaje y distribución de contenidos, haría que el
propio centro educativo estuviera ceñido a las decisiones de esos
prestadores de los mismos. Dejar en manos de terceros todo el sistema de
control de acceso a los contenidos es algo que, a pesar de las
garantías que nos puede llegar a suponer determinadas multinacionales
(aplicaciones educativas de Google, Facebook, etc.) ello no implica que
podamos gestionar y personalizar a nuestra medida los servicios de
acceso y distribución.
Estamos hablando de aprendizaje basado
en procesos sociales, con facilitadores del mismo y con servicios
accesibles desde cualquier lugar.
Imaginemos que estamos diseñando un
entorno formativo y disponemos de un servidor, donde tenemos alojado un
LMS (Moodle, Chamilo, Sakai o similares), al cual queremos dotar de
funcionalidades externas. ¿Debemos integrarlas en el propio alojamiento?
¿Debemos permitir que sean terceros quienes lo gestionen? ¿Será
suficiente el hosting para asumir la cantidad de conexiones -de entrada y
salida- en picos de estudiantes que acceden al mismo? ¿Tendremos
servidores virtuales o máquinas en nuestro propio centro educativo?
Volvemos a lo mismo: si tenemos servidores de hosting que no sean
propios, el problema de que un día cualquiera dejen de ofrecer dicho
servicio es idéntico al uso de servicio de terceros. Por tanto, riesgo
siempre va a existir (incluso que lo queramos minimizar al máximo).
¿Inversión en equipamiento para ese
c-learning? Mínimo, por no decir casi inexistente. Con clientes ligeros,
distribuciones gratuitas (versiones de Linux más o menos
personalizadas) que permitan acceder a los servicios deseados… sobra y
basta. Eso sí, inversión en ancho de banda imprescindible. Conexiones
por red y wifi en condiciones. Puntos de acceso bien situados y,
existencia de líneas redundantes (de compañías diferentes) para poder
asumir un posible fallo en uno de ellas.
Eso sí, un c-learning como modelo de
aprendizaje y, sin una formación en los servicios que nos puede ofrecer
la red, va a estar abocado a un rotundo fracaso. Inversión sí, pero en
formación del docente que la usa y de los docentes que la gestionan
(intracentro y extracentro).
Un nuevo paradigma de aprendizaje que se
añade a otros muchos que tan sólo se diferencian de éste por las
características de los servicios utilizados, por la ubicación del
aprendizaje (e-learning o b-learning) o por el propio sistema de
aprendizaje (social learning). Y seguro que me dejo muchos otros en el
tintero.
PONENCIA
Juan Carlos Marcos Recio y Julio Alcolado Santos
La educación está pasando por un momento sin precedentes, ya que cada vez más se ayuda en las herramientas que pone a su disposición la tecnología. Estos paradigmas no utilizan la pedagogía como elemento clave, pero sí confían en la racionalización de los docentes y los alumnos que encuentran ventajas en los modelos de gestión a través de la educación a distancia.
Juan Carlos Marcos Recio y Julio Alcolado Santos
La educación está pasando por un momento sin precedentes, ya que cada vez más se ayuda en las herramientas que pone a su disposición la tecnología. Estos paradigmas no utilizan la pedagogía como elemento clave, pero sí confían en la racionalización de los docentes y los alumnos que encuentran ventajas en los modelos de gestión a través de la educación a distancia.
La Web 2.0 ha permitido la aparición de plataformas de formación
online (Moodle, Sakai…), que gracias a sus herramientas de comunicación,
colaboración y evaluación (Correo electrónico, foro, chat, Wikis, test,
WebQuest…), han facilitado la aparición de nuevos estilos pedagógicos
de educación como el e-learning o el b-learning. En la Educación
Superior, es donde se han aplicado más rápidamente este nuevo espacio
educativo, y las universidades los han convertido en un sistema aceptado
oficialmente.
Al aula presencial se le ha añadido el aula virtual. Los profesores,
han ido evolucionando del e-tutor al e-moderador, transformándose en
facilitadores de la enseñanza donde el lema es aprender a aprender. No
obstante, esto no ha sido suficiente para captar la atención de los
alumnos.
Para los alumnos, sus compañeros de clase son los miembros de su
comunidad virtual y utilizan la tecnología que se encuentra en la nube
(Gmail, Messenger, Facebook, Twitter, Youtube, WordPress, Youtube,
Second Life…), para enviarse información, comunicarse, intercambiar
datos…., a través del PC, NoteBook o las PDA’s, IPhone, IPad… Y pasan
más tiempo en Redes Sociales y Blogs, como afirma un reciente estudio de
Nielsen de 15 junio 2010 (“Social Networks/Blogs Now Account for One in
Every Four and a Half Minutes Online”).
Por este motivo, se está comenzado a aplicar en muchas universidades
las Redes Sociales, creándose un nuevo ámbito educativo denominado
Social Learning.
¿Quién usa entonces las plataformas de formación oficiales en la
educación? ¿Por qué los alumnos no emplean dichos medios de manera
masiva en vez de usar otros? ¿En qué medida el profesor es responsable
de la falta de uso de las plataformas de formación? ¿Cómo se conforma
esta realidad educativa sustentada en la tecnología? y/o ¿Cómo la
conjugan los dos actores principales: docentes y alumnos? Esta situación
nos lleva a replantearnos la figura del profesor y del modelo
pedagógico del aprendizaje y a investigar sobre qué actitudes tendrían
que manejar, responsabilidades para asumir, habilidades que han de
poseer o mejorar y manera de trabajar para conseguir esa unión con su
audiencia, es decir, los alumnos.
De todo este contexto, subyace el concepto del Cloud Learning
(C-Learning), que no otra cosa que es este nuevo universo educativo,
global, abierto, que utiliza los medios formales que las instituciones
educativas han adoptado y los no formales que ofrece la nube. Donde la
formación se extiende también las herramientas de realidad virtual
(Second Life y OpenSim), Redes Sociales (Facebook, Twenty…), microblogs
(Twitter), blogs… Esta nueva realidad, exige a los profesores extender
su ámbito de acción educativa, más allá de las aulas presenciales y
virtuales formales hacia un espacio de enseñanza en la nube,
convirtiéndose en community education manager, teniendo que adquirir
nuevos conocimientos y habilidades.
En este artículo, ofrecemos algunas sugerencias sobre los entornos en
los que se mueve y las habilidades del nuevo profesor, que trabaja con
las herramientas Web 2.0 y dentro de un tipo de educación en la nube,
(c-learning).
C-learning el conocimiento en la nube
El c-learning usando el potencial de la nube para el aprendizaje

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